La cirugía de tumores consiste en la extirpación de masas o crecimientos anormales dentro del cuerpo. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos), y la decisión de operar depende de factores como el tamaño, la localización, los síntomas que producen y el riesgo de complicaciones.

La cirugía puede realizarse como único tratamiento o como parte de un manejo integral junto con otros especialistas (oncólogos, radiólogos, patólogos).

Síntomas que pueden indicar la

Necesidad de valoración

• Aparición de una masa o bulto palpable

• Dolor localizado o molestias persistentes

• Cambios en el aspecto de la piel o tejidos donde aparece la lesión

• Síntomas digestivos, urinarios o respiratorios cuando el tumor presiona órganos internos

• Pérdida de peso inexplicable o fatiga.

Tumores benignos

• Generalmente no ponen en riesgo la vida, pero pueden crecer y causar dolor, presión u obstrucción de órganos.

• Ejemplos: lipomas (grasas), fibromas, adenomas, quistes con crecimiento.

Tumores malignos (cancerosos)

• Requieren un enfoque más amplio.

• La cirugía busca extirpar el tumor y, en algunos casos, tejido circundante para reducir el riesgo de recurrencia.

• Ejemplos: carcinomas, sarcomas, linfomas localizados.

Cómo se diagnostican los tumores

Antes de decidir la cirugía, se realizan estudios como:

• Exploración física y antecedentes médicos

• Ultrasonido, tomografía o resonancia magnética.

• Biopsia o análisis de laboratorio para definir el tipo de tumor.